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De la frustración de nuetro ego creo que es de donde nacen la consecución de nuestras metas. O de lo que sea.

Si no te ves a prueba, en parte herida, no eres capaz de ver más caminos que  el marcado por el resto.

 

De sentirse desnuda nace la necesidad de vestirse. O de intentar vestirse. Hasta que los pantalones entren en su sitio.

 

Instalarse en la comodidad está bien para ganarse la vida, pero no querer crecer tanto profesionalmente y sobre todo personalmente, es como si un cerdo se anclase a un vestido de lentejuelas.

 

Un absurdo. En el trabajo y en la vida.

 

Gracias a todos mis maestros por frustrarme, por hacerme querer ir más allá, por no hacerme cómoda, por hacerme sentir el deseo de entrenar diariamente como fuente de la excelencia en el trabajo.

 

Y gracias por hacerme ver que la tolerancia a la frustración es parte de este trabajo, que el error es necesario y positivo, que la vida es la vida, y que hay que seguir caminando.

 

Pues poco más.

 

Mi contractura y yo os deseamos muy buenas noches.

Otra final de Roland Garrós, y otra ganada por Rafael Nadal.

 

Se acaba una etapa del tenis que puede que no tenga relevo generacional. No veo a nadie que pueda darlo.

 

La etapa de Federer y Nadal.

 

Hoy ha habido una demostración de superioridad, de superación después de un año de lesiones, de capacidad de concentración, de entrenamiento que es sobrehumana.

 

El que empezó odiado por los franceses y que hoy le tendían una alfombra roja ganada a través del esfuerzo y el compromiso con uno mismo, con su trabajo y con su forma de ser.

 

Una humildad, un respeto por sí mismo, un agradecimiento, una honradez dificilmente superable y renovable.

 

Una capacidad de adaptación a nuevas circunstanscias, de concentración, de vieja y nueva escuela.

 

Un señor que siendo diestro aprendió a jugar con la zurda, que después de lesiones cambió su forma de jugar.

 

Todavía no hemos encontrado un nuevo Michael Jordan y difícilmente veremos otro Rafael Nadal.

Cuánto deberíamos aprender de él en cualquiera que sea nuestra labor profesional.

 

De verdad, me parece un bonito ejemplo de...

de...

 

De echarle un par de buenos cojones a la vida.

 

Buenas noches.

 

Aprendes a medida que pasan los años a no dejarte tocar a veces por emociones para no pasar por esa emoción tan personal que es la nostalgia.

 

Ayer mi sobrino me pidió que le sacara un tebeo de casa de mis padres y me acordaba de todos los dibujitos, de los detalles de ellos, que son mios, para mi.

Mi cuñada me dijo que lo guardara, que lo iba a destrozar. y yo le dije: "Bah, deja, qué más da".

 

De repente cuando se lo cogía vi que en la primera página ponía: "Mª Jesús, Alberto y Ana Mª Furones Guerra, regalo de reyes de 1988".

 

Entonces le pegué un manotacillo a mi sobrino, mi cuñada me miró a los ojos, me quitó el tebeo y se lo dio a apa para que lo guardara, mientras yo tartamudeaba "no..no..nolorecor..daba".

Cuando nuestro mundo eramos solo nosotros. Cuando sólo había un regalo y lo compartíamos y se convertía en ese objeto especial. Cuando no había nada más, eramos más simples y todo se cuidaba. Cuando no había ni concursos ni palabras bonitas para inflarte el ego. Cuando tus padres te regalaban tebeos para que tu hermana se sentara contigo y te explicara lo que ponía en las viñetas, un regalo para todos, unos regalos que hicieron que aprendieras a leer con tres años y medio. Y luego pasaba las tardes con mis tebeos imaginando historias y descojonandome yo sola, segun mi ama.  Unos padres que no tuvieron la suerte de nacer en un tiempo en el que todo el mundo accede a la educación, ni falta que les hace, les sobra. A veces no sabían lo que hacían y nos lo dieron todo, sin pensar si era bueno, malo, simplemente lo hacían, porque querían lo mejor para nosotros y no había otra cosa. Cuando la única música que había en casa eran dos cintas: una de Abba que cantaba con mi hermano con espumadera-guitarra (de ahí que cada vez que suene una canción de ellos me vuelva loca) y otra que ponía "moderno" y en la que estaba el "saca el güisqui cheli" .De cuando mi hermana me pago las mil quinientas pesetas de mi primer taller de teatro. De cuando mi hermano y yo, con 9 añitos grabamos un tebeo entero (regalo de cumple)  en un cassete poniendo voces una tarde que no podíamos salir a la calle (esa cinta sería regrabada a su vez con alguna otra tontería, como la de mi hermana con dos años cantando Marco con mi apa y que mi hermano y yo escuchábamos riéndonos... esa desapareció también, las dos que había). Y bueno, Roxette en todos los viajes al pueblo, tres meses todos los años, abuelo Severiano y su guerra civil, abuela Esperanza y sus figüelas, y la tele, porque no teniamos y bajábamos a verla alli o a casa de tio Pepe, tíos y demás familia gitana con paso por Valdestillas a ver a tío Gorgonio y tía Maruja y sus rosquillas.

No lo premeditabamos, era amor.

De cuando recibías con siete años tu primera postal de felicitación de cumpleaños de la vecina que te cuidaba de pequeña cuando mi padre trabajaba y mi ama tenia que ir a hacer los recaos, Elena, bueno, ella y sus hijos Tere, Elena, Roberto y Mikel, el año que se mudaron a Burgos,  de la que no sé nada ahora, y que tuvo ese detalle. Significaba que tenías que comprar la postal, meterla en un sobre y dejarla en nuestro buzón. Era muy pequeña, pero es la felicitación que más recuerdo de todas, la única en carta.

 

Ayer actuamos en Pakidermo, cuando pasaba tardes y tardes y mañanas y mañanas alli era mucho más joven, y hacia diez años que no volvia por alli,  pero tengo recuerdos de lo auténtico, de lo no excesivamente premeditado, de sentir que hacías lo que amabas, sin tanta tontería, sin pasta y con un montón de compañias ayudando y compartiendo un mismo espacio.

Vale, era más joven y más imbécil, y lo estare idealizando, pero últimamente me reencuentro después de muchos años  con la gente que compartía ese espacio en esos años y de verdad, sólo quiero darles las gracias.

 

Gracias, porque era un espacio siempre abierto... ...porque no habia otra cosa.

 

Pero en modo postal, no en modo me gusta. Gracias de verdad, porque me enseñásteis lo que significaba esta profesión y lo que fue una época dorada e idealizada por mi, sin tanta tontería ni tanta patochada.

Compara los callos de tu madre con los de Litoral, no hay color.

 

Mil gracias (perdón por mencionaros y por no acordarme quizá de algunos): Ricardo, Jorge, Irene, Quique, Nagore, Goros, Emilio, Ana, Silvia, Borja, Patxi, Juana, Soraya, Álvaro, Giovanna, Isa, Mar, Ricardo B., Gabi, Miren, Olaf, Eguzki, Oskar, Kepa, Juanjo, Vicky, Luna... y Loida.

Respeto a una generacion.

Sigo siendo la misma subnormal.

 

Adios Muelle 3, Adios Pakidermo.

Buenas noches

 

ainss....

 

 

Si te inmiscuyes en esas salas limpias, las que tienen aroma propio, te viene la nostalgia.

 

De cuando de adolescente te lo flipabas en una de los pocos sitios en Bilbao en los que podías ver trabajos de danza.

La única sala a la que acudías religiosamente hace años sin ver el cartel para dejarte sorprender.

Esa sala elitista, que me trae nostalgia, y con ella, personas, lugares, y olores que añoro y que vuelven de repente.

 

También nuevos mundos, nuevos descubrimientos personales.

 

Esa sala que con el frescor de un Tinto de Verano en la que Fedra busca la mirada del joven Hipólito y trata de aferrarse a su ser evocando una fantasía que la mantiene viva. Al otro lado del tiempo una mujer danza con su juventud para evitar ser engullida por ella misma. Una mujer espera paciente el turno de dejarse el cabello largo y permitirse sentir como cuando era pequeña.

 

Un hombre hecho de celofán encuentra su libertad en la propia miseria de su soledad, el tiempo y la rutina le saludan más allá para encerrarnos en nuestras propias vidas de hielo, y la sangre de los chicos del maiz pintan un lienzo de desgarro adolescente.

 

Fiel, La Fundición siempre está ahí. Siempre.

 

Ahora, toca despedir Pakidermo, parte del pasado de muchos. Otro lugar de olores conocidos.

 

¿Cuándo podré volver al escenario de Maristas para volver a oler su escenario? La mezcla de velas, humedad, madera y laboratorio que tanto me atrajo y por el que me enamoré.

 

Supongo que en su debido momento.

 

Buenas noches.

Y PREPARARSE ES LIBERARSE!

 

Ya pasaron los tiempos si es que alguna vez lo fueron de responsabilizarse como actriz de todo el trabajo  teatral. Seamos humildes, seamos libres.

 

El teatro siempre pertenció al pueblo, así lo quisieron los tiempos, y quién es nuestro ego para apoderarse de él.

 

Liberarnos: al publico le importamos un huevo, nuestro trabajo les debe dar por el culete.

 

El público es el dueño, si no lo entiende o tiene que ir con la Larousse (o la wikipedia) a ver un espectáculo: APAGA Y VÁMONOS.

 

Pero vámonos, joder: ¡¡¡¡¡VÁMONOS!!!

 

Que no hacemos nada aquí.

 

Que no tiene sentido.

Cuando empecé en la escuela, después de años de malamuerte en grupos, y de dejar dos años la profesión porque todo me carecía de sentido y me parecía que todos nos mirábamos el ombligo, llegué a una conclusión que pocas veces me he atrevido a verbalizar por miedo a que me consideraran de menos.

 

Mi profesora insistía: "somos seres especiales". SISISISI... Y yo callada, con bilis, y con cara de póker mirando al baño.

"Somos seres especiales". Mis carrillos rojos y yo, mirando para abajo.

No, no somos seres especiales, nos dedicamos a ésto. Todo lo especial que puede ser un carpintero, un pintor, un ebanista, un fontanero, una panadera o el albañil. ¿Nadie flipa cuando ve levantar un suelo de madera en diez minutos con respeto a la casa y con todos los pasos aprendidos y mimados?

Si se hace con amor, todo es un  arte.

 

No, no somos seres especiales, ni tenemos un superdon, ni somos mejores  que otras personas. Hemos tenido la suerte de amar nuestro arte, de tener la oportunidad y en su momento la pasta para profundizar en él. A veces sin pasta, pero hemos seguido indagando. Aunque no ganemos pasta por el a veces y tristemente.

Pero no, me niego en rotundo, no somos seres especiales. Bastante tenemos con ser seres.

 

Y ser "ser" dista mucho de autodefinirse como un ser especial.

 

Me niego.

 

Devolvamos al pueblo lo que es suyo, trabajemos la verdad de los autores para hacerla comprensible al pueblo y abrirle los ojos a su propia naturaleza.

 

Ése es nuestro trabajo: ÉSE.

 

Y me alegro, me alegro mucho de que ésto tenga un futuro, de que de repente aparezca una ninfa de 17 años, que lejos de dejarse llevar por las lentejuelas, luces y estridencias, ame, sobre todo ame el teatro. Como los que una vez hace muchos años, cuando no había oportunidades y lugares quisimos y empezamos a amar al TEATRO, por encima, a veces, de cualquier otra cosa.

 

Así que ésto amigos, se trata de ésto: De tratar de compartir nuestro amor y de hacer que el pueblo, alejado al parecer del arte por hacerlo suyo la nueva burguesía, recupere lo que siempre ha sido suyo.

 

Gracias Adan.

 

Y gracias, mil gracias Alejandra.

 

Buenas noches.

Comentarios

16.09 | 18:20

Nasnoches, ay Rita!

27.03 | 15:58

Ceeo que he podido ser yo la inspiradora de este fantástico post. Al menos lo de la frustración y la pataleta parece que me suena. Espero ser recuperable 😂😂😂

19.03 | 21:35

Me ha encantado tu reflexión Ana y gracias por compartirlo. Un gran abrazo. Reyes Cid.
Hasta pronto

07.07 | 11:55

Aupa lander, no he podido escribir mas, pero si, hobby, en fin, eso hace que muchos trabajos sean no remunerados o de baja remuneracion.