Aprendes a medida que pasan los años a no dejarte tocar a veces por emociones para no pasar por esa emoción tan personal que es la nostalgia.
Ayer mi sobrino me pidió que le sacara un tebeo de casa de mis padres
y me acordaba de todos los dibujitos, de los detalles de ellos, que son mios, para mi.
Mi cuñada me dijo que lo guardara, que lo iba a destrozar. y yo le dije: "Bah, deja, qué más da".
De repente cuando se lo
cogía vi que en la primera página ponía: "Mª Jesús, Alberto y Ana Mª Furones Guerra, regalo de reyes de 1988".
Entonces le pegué un manotacillo a mi sobrino, mi cuñada me miró
a los ojos, me quitó el tebeo y se lo dio a apa para que lo guardara, mientras yo tartamudeaba "no..no..nolorecor..daba".
Cuando nuestro mundo eramos solo nosotros. Cuando sólo había un regalo y lo compartíamos y se convertía
en ese objeto especial. Cuando no había nada más, eramos más simples y todo se cuidaba. Cuando no había ni concursos ni palabras bonitas para inflarte el ego. Cuando tus padres te regalaban tebeos para que tu hermana se sentara
contigo y te explicara lo que ponía en las viñetas, un regalo para todos, unos regalos que hicieron que aprendieras a leer con tres años y medio. Y luego pasaba las tardes con mis tebeos imaginando historias y descojonandome yo sola, segun
mi ama. Unos padres que no tuvieron la suerte de nacer en un tiempo en el que todo el mundo accede a la educación, ni falta que les hace, les sobra. A veces no sabían lo que hacían y nos lo dieron todo, sin pensar si era bueno, malo,
simplemente lo hacían, porque querían lo mejor para nosotros y no había otra cosa. Cuando la única música que había en casa eran dos cintas: una de Abba que cantaba con mi hermano con espumadera-guitarra (de ahí
que cada vez que suene una canción de ellos me vuelva loca) y otra que ponía "moderno" y en la que estaba el "saca el güisqui cheli" .De cuando mi hermana me pago las mil quinientas pesetas de mi primer taller de teatro. De cuando mi hermano
y yo, con 9 añitos grabamos un tebeo entero (regalo de cumple) en un cassete poniendo voces una tarde que no podíamos salir a la calle (esa cinta sería regrabada a su vez con alguna otra tontería, como la de mi hermana con
dos años cantando Marco con mi apa y que mi hermano y yo escuchábamos riéndonos... esa desapareció también, las dos que había). Y bueno, Roxette en todos los viajes al pueblo, tres meses todos los años, abuelo
Severiano y su guerra civil, abuela Esperanza y sus figüelas, y la tele, porque no teniamos y bajábamos a verla alli o a casa de tio Pepe, tíos y demás familia gitana con paso por Valdestillas a ver a tío Gorgonio y tía
Maruja y sus rosquillas.
No lo premeditabamos, era amor.
De cuando recibías con siete años tu primera postal de felicitación de cumpleaños de la vecina que te cuidaba de pequeña cuando mi padre trabajaba y mi
ama tenia que ir a hacer los recaos, Elena, bueno, ella y sus hijos Tere, Elena, Roberto y Mikel, el año que se mudaron a Burgos, de la que no sé nada ahora, y que tuvo ese detalle. Significaba que tenías que comprar la postal, meterla
en un sobre y dejarla en nuestro buzón. Era muy pequeña, pero es la felicitación que más recuerdo de todas, la única en carta.
Ayer actuamos en Pakidermo, cuando pasaba tardes y tardes y mañanas
y mañanas alli era mucho más joven, y hacia diez años que no volvia por alli, pero tengo recuerdos de lo auténtico, de lo no excesivamente premeditado, de sentir que hacías lo que amabas, sin tanta tontería,
sin pasta y con un montón de compañias ayudando y compartiendo un mismo espacio.
Vale, era más joven y más imbécil, y lo estare idealizando, pero últimamente me reencuentro después de muchos años
con la gente que compartía ese espacio en esos años y de verdad, sólo quiero darles las gracias.
Gracias, porque era un espacio siempre abierto... ...porque no habia otra cosa.
Pero en modo postal,
no en modo me gusta. Gracias de verdad, porque me enseñásteis lo que significaba esta profesión y lo que fue una época dorada e idealizada por mi, sin tanta tontería ni tanta patochada.
Compara los callos de tu madre
con los de Litoral, no hay color.
Mil gracias (perdón por mencionaros y por no acordarme quizá de algunos): Ricardo, Jorge, Irene, Quique, Nagore, Goros, Emilio, Ana, Silvia, Borja, Patxi, Juana, Soraya, Álvaro, Giovanna,
Isa, Mar, Ricardo B., Gabi, Miren, Olaf, Eguzki, Oskar, Kepa, Juanjo, Vicky, Luna... y Loida.
Respeto a una generacion.
Sigo siendo la misma subnormal.
Adios Muelle 3, Adios Pakidermo.
Buenas noches
ainss....