Y PREPARARSE ES LIBERARSE!
Ya pasaron los tiempos si es que alguna vez lo fueron de responsabilizarse como actriz de todo el trabajo teatral. Seamos humildes, seamos libres.
El teatro siempre pertenció
al pueblo, así lo quisieron los tiempos, y quién es nuestro ego para apoderarse de él.
Liberarnos: al publico le importamos un huevo, nuestro trabajo les debe dar por el culete.
El público
es el dueño, si no lo entiende o tiene que ir con la Larousse (o la wikipedia) a ver un espectáculo: APAGA Y VÁMONOS.
Pero vámonos, joder: ¡¡¡¡¡VÁMONOS!!!
Que no hacemos nada aquí.
Que no tiene sentido.
Cuando empecé en la escuela, después de años de malamuerte en grupos, y de dejar dos años la profesión porque todo me carecía de
sentido y me parecía que todos nos mirábamos el ombligo, llegué a una conclusión que pocas veces me he atrevido a verbalizar por miedo a que me consideraran de menos.
Mi profesora insistía: "somos seres
especiales". SISISISI... Y yo callada, con bilis, y con cara de póker mirando al baño.
"Somos seres especiales". Mis carrillos rojos y yo, mirando para abajo.
No, no somos seres especiales, nos dedicamos a ésto. Todo lo especial
que puede ser un carpintero, un pintor, un ebanista, un fontanero, una panadera o el albañil. ¿Nadie flipa cuando ve levantar un suelo de madera en diez minutos con respeto a la casa y con todos los pasos aprendidos y mimados?
Si se hace
con amor, todo es un arte.
No, no somos seres especiales, ni tenemos un superdon, ni somos mejores que otras personas. Hemos tenido la suerte de amar nuestro arte, de tener la oportunidad y en su momento la pasta para profundizar
en él. A veces sin pasta, pero hemos seguido indagando. Aunque no ganemos pasta por el a veces y tristemente.
Pero no, me niego en rotundo, no somos seres especiales. Bastante tenemos con ser seres.
Y ser "ser" dista mucho
de autodefinirse como un ser especial.
Me niego.
Devolvamos al pueblo lo que es suyo, trabajemos la verdad de los autores para hacerla comprensible al pueblo y abrirle los ojos a su propia naturaleza.
Ése es nuestro trabajo: ÉSE.
Y me alegro, me alegro mucho de que ésto tenga un futuro, de que de repente aparezca una ninfa de 17 años, que lejos de dejarse llevar por las lentejuelas, luces y estridencias,
ame, sobre todo ame el teatro. Como los que una vez hace muchos años, cuando no había oportunidades y lugares quisimos y empezamos a amar al TEATRO, por encima, a veces, de cualquier otra cosa.
Así que ésto
amigos, se trata de ésto: De tratar de compartir nuestro amor y de hacer que el pueblo, alejado al parecer del arte por hacerlo suyo la nueva burguesía, recupere lo que siempre ha sido suyo.
Gracias Adan.
Y gracias, mil gracias Alejandra.
Buenas noches.