No.
No he visto Joker todavía.
Vivo en Bilbao, así que para el que no lo conozca haré un apunte: llueve como unos 150 días al año normalmente.
Si sumamos ésto a que ha sido
el noviembre más lluvioso desde que se tiene registro (aunque yo seguiré inistiendo al que hable de la putamierdatiempo que tenemos que yo de pequeña me ponía las katiuskas en octubre y me las quitaba en marzo) pues podréis
imaginar qye ayer no era un día como para estar de potes alegremente por la calle. Aunque algo se hizo.
Así que en lugar de pagar una entradica y dormitar con la calefa del cine llegué a casa y puse la 2 por recomendación
de mi colega de cervezas sin alcohol. Algún día se demostrará que la que mantiene la audiencia de esta cadena quitando el horario de Saber y Ganar es mi colega. Y todos estaremos orgullosos de ella. Y haremos una fieffta.
No conozco el cómic en el que está basado.Sí que soy una friki de la guerra fría, me he leído muchas cosicas sobre el tema y he convivido y estudiado arte dramático con rusos de la época del soviet, pero
creo que aunque ninguna de estas circunstancias se me hubieran presentado en contra (bueno, la del cómic, sí) el destino quería que no me perdiera "Muerte de Stalin".
Si queréis ver una lección de
interpretación llevada a cabo por un elenco impagable (literalmente) que aúna a Steve Buscemi, Simon Russell, Jason Isaacs, Jeffrey Tambor, Michael Palin, Andrea Riseborough y Rupert Friend, pues o buscáis la peli, que
la dieron ayer a las 22:00, o la buscáis en alguna plataforma.
La historia narra las reacciones, relaciones y luchas de poder de los miembros del Politburó durante las horas posteriores a la muerte de Stalin.
Describe
tan bien el carácter ruso que si no hubiera leído después que se basa en un cómic, diría que es una amalgama de elementos del teatro de Chéjov y una descripción perfecta dicho carácter.
Aparecen
Masha, suicida, inconformista, irónica, inseparable de su piano; Solioni encarnado con sus sinsentidos y burradas en el hijo de Stalin; elKuligin dubitativo en el director de la radio rusa,; Andreievna en la hija de Stalin, más
preocupada por sus nostalgias de infancia que por su situación real... Personajes con pasados y cargas emocionales que en pantalla no muestran nada más que su día a día, pero que, sin ese pasado ni ese sufrimiento del que no
muestran ni un ¡ay!, no resultarían creíbles. Teatro ruso, amiguitos.
Sólo faltaban las relaciones románticas, pero ese tono de comedia negra, en el que aparecen y desaparecen personajes con unas características
muy concretas, en el que se dan situaciones corales que rozan el absurdo pero que están claramente justificadas, recuerda muchísimo al maestro Anton Chéjov.
Hasta los actores parece que perfilaron sus personajes de una manera clásica
de método ruso.
Y eso es tan difícil de conseguir. Tan difícil...
Porque cuesta ver que los textos de Chéjov aparentemente dramáticos (que lo son en el fondo) son pura y absoluta comedia.
Cuando salen de la cena del Politburó antes de la muerte de Stalin, los miembros del consejo se despiden y Beria (jefe del NKVD) le dice a Molótov por lo bajini:
-"Hasta siempre" (melancólico)
Y Jruschev responde:
- "¿Por qué dices eso?"
Y Beria:
-"Porque está en mi lista" (como quien dice que mañana tiene que rellenar un informe)
El resto del consejo le mira y entonces surge la comedia.
La comedia rusa.
En negro sobre blanco algún iluminao lo habría confundido con una secuencia de alto contenido dramático (que en
el fondo lo tiene).
La que los estudiantes de Arte Dramático y algunos directores confunden con grandes dramones y con métodos que encarcelan y matan la creatividad. No hay que sufrir en escena, hay que saber lo que le está pasando
a tu personaje y reaccionar en consecuencia. A un ritmo frenético y ante muchos personajes.
Gracias por esta película diosito.
Buenas noches.