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En Bergarako Seminarixoa otra vez.

 

Y es que la iniciativa de este pueblo de reconstruir el antiguo seminario en un espacio teatral está dando sus frutos.

 

Es un buen ejemplo de implicación de las instituciones para que el teatro vuelva al público y el público vuelva al teatro.

 

Una buena programación y a precios populares. 

 

"Lo mejor de Yllana". Por 8 euros. Ahí es ná. En Bilbao, por ese precio no vas ni al cine, ni casi pagas una ronda.

 

Y aprovechando que Barbra se ha ido a vivir allí con el Capo de las Viñas, pues ahí que vamos.

 

Sala llena, y no es la primera vez: la última vez nos confiamos y nos quedamos sin entrar.

 

 Al turrón:

Qué decir de Yllana...

 

La última vez que les ví fue hace cerca de 15 años, un par de años arriba o abajo, en el Social Antzoki de Basauri, y como aquella vez, en la que se convirtieron en uno de mis referentes, cuando no había todavía internet y no tenías nada tan a mano, salimos refutando que echamos de menos ese tipo de teatro en el que el trabajo de dirección, escenografía, dirección técnica y actores se funden para hacer disfrutar al público. Ése teatro cuya creación nace desde el público y cuyo centro es éste mismo. 

 

En el que el virtuosismo técnico y rítmico hace que no puedas aspirar a experimentar lo que nos hicieron vivir ayer ni en cine 3D, ni en video, ni con montajes audiovisuales. 

 

Un acabado perfecto, unos números creados en aquella época en la que el teatro gestual estaba de moda, época en la que la escenografía no cobraba tanta trascendencia, en las que no había nada que no hiciera falta, que nos distraían al espectador para (ejem) esconder lo que no se debe ver, o lo que no llega a la altura. Donde el movimiento de un ojo lo dice todo.

 

Unas observaciones (el momento periquitos es espectacular), temposritmos, una intuición, una confianza, un arrojo... Eso no es cerebral. No debe serlo. Eso es talento y trabajo, libre, con la red de confianza de pertenecer a una compañía.

 

Espectáculos gamberros pero inofensivos, en los que se juega con el público se improvisa (ese momento en el que lanzan agua y una señora abre el paraguas y se para el espectáculo, qué decir), en los que los actores salen del teatro y dejan al público sólo mientras en la pantalla se vé lo que están haciendo. Y todo cabe. Absurdos, coherentes.

Críticos, pero sin fruncir el ceño ni exceso de solemnidad. (cosa que odio, lo digo ya, de paso, porque nada es tan trascendente en la vida diaria)

Maravillosos.

Épocas en que las compañías duraban años, se apostaba por el entrenamiento, ensayo y confianza. 

Y ya está, que no quiero destripar lo indestripable.

Éste es el teatro que me hizo hacer teatro.

Geniales.

Mantienen vivo el teatro. Y punto.

 

Todos conmigooo: "Gracias Yllana", por seguir vivos.

 

Nas noches.

Comentarios

16.09 | 18:20

Nasnoches, ay Rita!

27.03 | 15:58

Ceeo que he podido ser yo la inspiradora de este fantástico post. Al menos lo de la frustración y la pataleta parece que me suena. Espero ser recuperable 😂😂😂

19.03 | 21:35

Me ha encantado tu reflexión Ana y gracias por compartirlo. Un gran abrazo. Reyes Cid.
Hasta pronto

07.07 | 11:55

Aupa lander, no he podido escribir mas, pero si, hobby, en fin, eso hace que muchos trabajos sean no remunerados o de baja remuneracion.