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Hace unas semanas, en un casting, esperando en toriles, ni rastro del equipo de producción y citados en un hotel,  comentábamos dos actores, Barbra y yo:

¿Te imaginas que no hay un casting y que nos están grabando? Ya sería la hostia: a ver qué hacen estos monos cuando están esperando. Cómo si ya no te encontraras castings chungos o no te mnadaran "hacer algo" como si fueras un friki-mono de feria al que le encanta mostrarse como un mandril.

 

Dejando a aparte este comentario tonto sobre la falta de respeto a la profesión que a veces se da, no siempre gracias a quien sea, a mi cabecita le pareció una idea interesante. De hecho, entre risas, nos parecía que sería más interesante que lo que íbamos a hacer una vez dentro de todavía no sabíamos dónde.

 

Es interesante ver cómo calma cada uno sus nervios, unos hablando sin parar y gesticulando demasiado sin darse cuenta, cómo existen diferentes roles, como el de ese ser que va de sobrado y que dice conocer todos los tipos de castings, la que se intenta concentrar en el baño, los que hablan de algo para distraerse, los que no te dejan ni el boli (eso me ha pasado),  el que intenta sacar algo de información o, incluso, ese ser despreciable que no se cansa de decir que el casting es para una mierda esperando menoscavar la moral y hacer que el resto se vaya.

 

Si es un casting perfilado, ver que todas las personas a tu alrededor son tus pequeños dobles; todos con ropa neutra, con un bolso grande donde caben el maquillaje, otra camiseta por si acaso, caramelos de menta y unos cuantos folios... Es bastante peculiar, y más se hacía para la gente que en ese caso en concreto pasaban por el hotel.

 

O las amistades que se hacen a veces, el respeto mutuo, el contarnos el viaje hasta allí o el discutir sobre las mismas dudas que hemos tenido. O descubrir en qué momento estamos cada cual.

 

Algo así se le ha ocurrido producir a Stephen Frears, "State of Union", capítulos cortitos tipo "Camera café" que muestran a una pareja que espera ese tiempo antes de entrar a terapia de pareja. Allí deciden qué van a contar, qué van a ocultar, qué les ha pasado desde la última sesión...

La verdad es que es una muy buena idea, porque realmente, parece un acto menos premeditado que la visita en sí y es mucho más rico en matices. Muestra más la naturaleza humana. 

 

Así que, habrá que verla.

Buenas tardes.

 

 

Comentarios

16.09 | 18:20

Nasnoches, ay Rita!

27.03 | 15:58

Ceeo que he podido ser yo la inspiradora de este fantástico post. Al menos lo de la frustración y la pataleta parece que me suena. Espero ser recuperable 😂😂😂

19.03 | 21:35

Me ha encantado tu reflexión Ana y gracias por compartirlo. Un gran abrazo. Reyes Cid.
Hasta pronto

07.07 | 11:55

Aupa lander, no he podido escribir mas, pero si, hobby, en fin, eso hace que muchos trabajos sean no remunerados o de baja remuneracion.