Pues ahí estábamos Barbra y una servidora, en la puerta del Bergara-ko Seminarioa para ver "Erlauntza", pero va a ser en otro momento porque se marcaron el "Entradas Agotadas" y nos quedamos
como dos gatos mojaos en la puerta como dos abejitas sin rumbo.
Así que, coche en mano y por nuestros ovarios, nos fuimos a Eibar a ver "Vitoria 3 de marzo", tras un duro debate y pataletilla causada por el hecho
de que las sesiones de los cines más cercanos empiezan a partir de las 22:00.
¿No puedes cenar un bocatilla a las 22:00 porque están las cocinas cerradas pero no puedes ver una peli antes de las 22:00?
Cosas de afrancesaos,
supongo.
Así que a regañadientes y sin opción nos metimos a la sesión del único flim que se servía en sesión de 19:45.
"Vitoria 3 de Marzo" trata de eso: de la huelga general
que se dio en 1976 en Vitoria y que se saldó con una batalla campal de la que no se habla, digamos, mucho. Aunque algún documental ya había visto de reojillo.
Tras ir a la taquilla con cara de honrada y volver
con cara de "tuma!" tras cobrarnos por dos entradas 7 euros (sí, era así), ahí que nos metimos.
La historia transcurre con un ritmo adecuado, dejando entrever primero los entresijos de la política de antaño
y de la de ahora, segundo la diferencia de perspectiva que se adquiere con la edad, y tercero la injusticia social y obrera, que sigue existiendo aunque con otro tipo de violencias menos explícitas, y cuarto, que el resultado de que la violencia y la
injusticia acabe siendo tan obvia es que el pueblo no tenga más remedio que unirse por una mera cuestión de solidaridad y humanidad.
Cabe destacar que la película no trata de ofrecer una opinión propia
y partidista, con peligro de rechazo y trivialización por excesivamente explícita, sino que con sutileza acaba mostrando a través de los personajes muchas perspectivas desde la que ver un mismo acontecimiento.
Ésto
es... sobre todo dar importancia a la historia.
Y funciona, señoras y señores.
Colocas a unos buena coral de actores a desempeñar un trabajo creíble, no exhibicionista comprometidos con la historia que
se quiere contar y bien dirigidos actoralmente y.... voilá, te sale una muy buena película, que no sólo es visible, sino que a mi se me hace incluso necesaria, no sé si tanto por tener nada espectacular en su factura, que es correctísima,
sino por el compromiso con lo que se cuenta, con "tener la necesidad vital" de contar algo de una manera muy concreta.
Aunque es justo decir que hay un par de momentos en los que se demuestra que una actuación que no va a tono, aunque sea escasa
en el metraje, puede cargarse secuencias enteras.
Así que, queridos niños, si la tenéis cerca, no dudéis en rascar unos eurillos del bolsillo.
Buenas noches.