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Vista Greenbook.

 

Viendo el panorama de este año y viendo  que a Roma estaba clarinete que sólo le iba a caer el Óscar a mejor película extranjera para desgracia de Cold War, es digna merecedora.

 

Básicamente porque no hay otra mejor. Está muy muy bien, pero no es una obra maestra, ni dice nada nuevo.

Cosa que sí hace Roma.

 

Dejando las cosicas de los premios de este año, que no me han hecho ni puta gracia, voy a meterme en un par de cosilas de esta pinícula.

Para mí le falta un poquito de "chicha". Me gusta cuando los temas se tratan con sutileza y con cierta elegancia, pero a mi parecer peca un poco de exceso de "limpieza".

 

Vale que el estereotipo sórdido y oscuro a la hora de sacar temas marginales o represivos está ya trillado. Pero me ha parecido una peli demasiado limpia, higiénica. Si estuviéramos hablando de humor, estaríamos hablando de humor blanco: hace gracia, pero es aséptico.

Puede que sea premeditado, o eso quiero creer, para hacer la película más interesante, y mostrarnos sin mostrar el lado más chungo de la asepsia. La normalidad que a veces adquieren situaciones terribles a posteriori.

 

Algo así encarna el personaje de Mahershala Alí, contenido, incorrupto a la fuerza, una máscara que encierra conflictos internos: como la propia asimilación del tono de su piel  y sus connotaciones sociales sin necesidad de pelear por un objetivo meramente demostrativo (entiéndolo como mujer que soy), la aceptación de su condición sexual, y la falta de adaptación en cada uno de los extremos del mundo. Un personaje que no encaja en ninguno de los ambientes en los que intenta moverse y adquiere un asepsia extrema para tratar de poder definirse a sí mismo hacia sus mismos ojos. Un personaje que trata de mantener sus principios.

Trata de quererse una poca, pa entendernos. Trata de poder sentirse persona dentro del colectivo y dejar de tratar de mantenerse a flote mediante un esfuerzo titánico y una autoexigencia autodestructiva.

Todo esto lo maneja desde una contención acojonante donde cada gesto, cada movimiento pestaña deja al espectador separarse de él.

Y lo de aprender a tocar el piano como si lo hiciera de toda la vida para hacer la pinícula pues high level, chaval@s.

 

Y rantantaaaannnn!

 

Viggo Mortensen. 

Que sí, que Rami Malek se ha currao mucho la forma y eso, pero lo que hace Viggo Mortensen es sencillamente espectacular.

Hay que verle hablar inglés con acento italiano (saber cinco idiomas al final sirve para algo), moverse de una manera creíble, natural, sin exceso de "bellecismos", la completa antítesis buscada del personaje de Alí.

Y a la vez tierno, torpe, bestia, empático.

Es simplemente un trabajazo de la hostia. Desde la forma de menearse, hasta cada puta palabra que sale por esa boca. No hay nada artificial. Es un trabajo integral, trabajado como un actor curtido en tantas batallas que ama su profesión por encima del tipo de producción en la que se esté metiendo, y que trabaja con rigor en cada una de ellas, y si no te gusta, coge a otro . Que entiende la película y lo qué está haciendo en cada secuencia. Que trabaja desde su posición de actor (observaciones, escuchas, monólogos interiores...) para que todo encaje.Un tío clásico.

Old Style Ladies. 

Eleva la película 20 puntos por encima de su nivel.

 

Por favor.... Pleaaaaase, vedla en versión original porque no tiene desperdicio.

Buenas tardes

Comentarios

16.09 | 18:20

Nasnoches, ay Rita!

27.03 | 15:58

Ceeo que he podido ser yo la inspiradora de este fantástico post. Al menos lo de la frustración y la pataleta parece que me suena. Espero ser recuperable 😂😂😂

19.03 | 21:35

Me ha encantado tu reflexión Ana y gracias por compartirlo. Un gran abrazo. Reyes Cid.
Hasta pronto

07.07 | 11:55

Aupa lander, no he podido escribir mas, pero si, hobby, en fin, eso hace que muchos trabajos sean no remunerados o de baja remuneracion.