Pues sigo con Mad Men, Barbra.
Sorry pero es que es larguica y no tengo mucho tiempo pa ver.
Pero es taaaaaan buena.
TAAAAAN BUENAA.
Técnicamente intuyo lo buena que es (en ocasiones he creído
que sonaban cosas en mi casa y eran máquinas de escribir de la oficina ficticia), de guión acojonante y los personajes están tan bien definidos, tan mimados y taaaan bien actuados, la estética está tan cuidada con guiños
a efectos y recursos cinematográficos de la época, y está tan bien dirigida que no doy abasto.
Hay tantas historias, tantas líneas, que es una maravilla.
Así como la
primera temporada ahora que echo la vista atrás (y creo que por eso he tardado como cinco años en verla de seguido, gracias Elisabet Moss por The Handmaid´s Tale, por crearme la curiosidad) es para mí la más
estereotipada, el resto es, después de suavizarse en parte, como le diría a mi sobrino:
Suculiciosa.
Siguiendo con el hilo de la semana pasada, aunque en todos los episodios
aparecen sus personajes femeninos de forma muy sutil manteniendo el interés, hay un episodio en la quinta temporada que está centrado en ellas y en los dos personajes principales: Peggy y Joan.
Otra vez,
si.
Durante la serie vemos por qué opción se decanta (o es intrínseca a cada una de ellas) a la hora de comportarse y sobrevivir dentro de la atmósfera de su empresa.
Durante este
capítulo, aunque las dos como buenas mujeres sesenteras salen damnificadas, vemos cómo funcionan las cosas desde el punto de vista de una directiva, dentro de una directiva de directivas, dentro de una asociación de empresas compuesta
exclusivamente por hombres (diría dentro del patriarcado, pero las palabras que tratan de simplificar un concepto extremadamente complejo me dan alergia, lo estereotipa todo y lo lleva a lo extremo).
Con sólo
esta consecución de conflicto mantenido y siguiendo con precisión quirúrgica (la libertad y el rigor en la actuación ayudan) la línea de cada personaje salen a la luz:
La poca importancia de la eficacia
del trabajo bien hecho si eres mujer.
La dificultad para que te valoren exclusivamente por tu trabajo como a los demás.
La conversión de la mujer en objeto de canje. Más bien la preaceptación
del hecho. El poder de plantearse poder proponerlo porque sí.
La dificultad y el conflicto que supone la crianza en solitario.
En definitiva, lo que se espera de una mujer por el hecho de ser mujer en un trabajo.
Entre otras muchas cosas que no puedo llevar a texto. Son complejas, subjetivas.
Y sólo siguiendo con atención, como el director nos sugiere, a estos dos personajes. Me encantaría preguntar cuánto
de todo ésto ha sido pactado y cuánto ha surgido en el rodaje o de la aportación de ideas o del mismo subconsciente de los actores o de una edición mimada.
Y ya está. No digo más porque empezaría a soltar
spoilers como una loca.
Porque creo que me equivocaba: Creo que el personaje de January Jones, Betty Draper-Francis si sigo hasta el final de la serie, me va a dar para otra entrada.
Pues eso... A verla zagales!!
Buenas noches.