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Las apariencias engañan.

 

O quizá es que la sociedad o los individuos que generan pensamiento y creación cambian. Así supongo que evolucionamos.

 

Mad Men, la que parece una serie de machirulos desfasados, es, a mi modo de ver, una de las series que más pone sobre la mesa los temas referentes a la realidad femenina de la época (años 60) y de ahora mismo (Hasta hace poco he trabajado con hombres "criados" en ese ambiente). Porque entre otras cosas, hace que ese machirulismo genere rechazo, a diferencia de series o películas de hace veinte o treinta años, en los que era referente. Y no lo hace de forma barata buscando la alabanza de lo políticamente correcto.

 

No voy a entrar a alabarla por la excelente dirección de actores, el maravilloso sonido, el perfecto guión, ni en la maestría interpretativa de John Hamm, Elisabet Moss, John Slattery y Cristina Hendricks, que para mi están un peldaño por encima por construcción de personaje, por línea de trabajo y por virtuosismo en el manejo del monólogo interior y de la consecución de acciones, del moment before, del trabajo respecto a la relación  de cada personaje con los demás, y de la huida de los estereotipos (quizá mérito de la dirección de actores, lo dicho, para trabajar hace falta que te dejen), y del goce que tiene que suponer para un actor estar en una serie larga que permita explorar todos los rincones del personaje, partiendo del casi estereotipo inicial hasta llevarlo por recovecos que son una delicia. Es ejemplo digamos de "estilo". Cada uno el suyo, y permitido. El resultado, como es de esperar,  es muy bueno.

 

Son personajes que se mueven en una atmósfera Chejoviana, siempre bienintencionados en su visión del mundo, a los que aparentemente no les ocurre nada, pero que están llenos de historias propias, pasado, presente, conflictos internos, conflictos externos... tiene cada uno una línea muy clara. Y esos conflictos les impiden mover pieza, y cuando lo hacen, lo hacen sin querer en su propia contra.

 

Pero no voy a entrar ahi porque tampoco va a decir nada por sí mismo. Hay que verla.

 

 

A lo que iba: hay una capítulo en la cuarta temporada (chicas bonitas creo que se titula) que describe perfectamente la forma de llevar la vida de tres de los personajes femeninos. Así, a muy grosso modo:

 

Peggy:

Es redactora tras ser secretaria y que opta por pretender que la traten como a una igual. Rabia cada vez que se le hace de menos. De familia muy católica. No entiende las injusticias. Sufre un embarazo no deseado de uno de sus jefes cuando era secretaria, con el cual trabaja y acaba de tener un hijo propio, él no sabe de ese embarazo. Lo dio en adopción por consejo de Don Draper, su jefe, que se refleja en ella.  En su época de secretaria, no encajaba en el concepto "buenorra", se niega a usar ese recurso. Tiene mucho talento y lo sabe. Su trabajo la expone a numerosos conflictos internos. Fuera trata de llevar la vida que querría llevar para sobrevivir con un novio muy inocente. Al igual que Joan. Admira a Joan, pero no quiere ser como ella.

 

Joan:

Jefa de Secretarias. Se ha "criado" en ese ambiente. Es exuberante, lo sabe y lo utiliza para sobrevivir en el curro. Sabe que parte del éxito de su trabajo es el respeto que eso genera. Es muy buena en su trabajo. Es la eterna amante que fuera de la oficina intenta mantener su equilibrio mental y emocional buscando estabilidad, se casa con un médico joven que se marcha a Vietnam, al que no le permite ni media salirse del tiesto del que se salen diariamente sus compañeros de trabajo. Su trabajo le lleva a lo que ella cree que no quiere ser, su vida quiere que sea otra cosa. Está enamorada de uno de sus jefes con la que tuvo una aventura hasta hace un par de años, fue amante fija, pero nunca dejó a su mujer.  Éste se ha casado  hace poco con otra secretaria tras dejar a su mujer. Ésto duele, pero tampoco quiere eso para ella, ¿o sí?. Conflictos y más conflictos. Joan, cuando Peggy llegó a la oficina, le enseñó a manejarse.

 

La tercera en discordia es la nueva pareja del protagonista que es soltera, exitosa en su trabajo, no quiere ser madre, pero está con un hombre con hijos. Se juzga constantemente.

 

Todas aborrecen su situación de desigualdad en ciertos aspectos (sexual, laboral, monetaria) respecto a los hombres, a los que quieren, pero de los que dependen por imposición social.

 

Del último de los personajes pasaré  por alto porque en este capítulo ocure algo en lo que no interviene y  creo que plasma muy bien la realidad femenina:

 

 

Uno de los creativos no para de hacer bromas sobre Joan y su aparente fama de "putilla", que culmina con dejar un dibujo de ella haciéndole una mamada a su jefe encima de su mesa. Insisto, la cosa es acumulativa, viene de largo. Ella le responde con uno de los monologos más intenso, sentido, verdadero, contenido e hiriente de toda la serie (algo así como que cuando estén en Vietnam en medio de la jungla y les corran a disparos echarán de menos una mujer que les haga la vida más facil. Les llama niñatos subnormales en un momentico), sin perder la compostura, y despidiéndose como un angelico de Victorias Secret.

 

 

La jefa de ese creativo es Peggy, que lleva contemplando ese comportamiento desde que comenzó pero no sabe como hacer frente a cinco creativos jovenes y machirulos que se retroalimentan entre sí, sin perder el poco respeto que les queda hacia ella. Así que consulta a su jefe masculino, Don Draper, el prota. Éste le da poder para despedirle y ella lo hace.

 

Ahora viene el culmen, la conversación en el ascensor:

 

Joan entra enfadada, Peggy no lo entiende, los espectadores no lo entendemos,  permanece en silencio.

Finalmente le pregunta por qué está enfadada (todo esto como quien habla del tiempo).

Joan le responde; "Ésto lo has hecho por ti. No por mi.".

Peggy "Pensé que te estaba defendiendo, pensé que me ibas a dar las gracias, te estaba defendiendo " (parece que nieva en Soria, te conozco, pero no tanto) Nosotros también Peggy, yo en mi sofá también!!.

Joan: "A éstos les habría mandado a la cena con "tal cliente" y ellos solos habrían quedado en evidencia, el resultado habría sido el mismo".

Peggy no entiende nada, permanece en silencio.

Y Joan: "Que pienses que no puedo defenderme y nos dejes a todas las demás mujeres como secretarias indefensas que necesitan a un ser superior como tú (mujer también)  que nos defienda les da aún más poder y es todavía más denigrante".

 

Peggy entra en conflicto interno, y yo también.

 

Joan sale del ascensor.

 

 

OoooooooolEEEEEEeeeeeee.

 

 

Como las grandes películas, como las grandes obras maestras, como Chejov, como Wesker, como Shakespeare, Mad Men no premedita, no juzga, no vende moralina barata. Mad Men expone una realidad humana, conflictos, en este caso el femenino, y nos deja así, con nuestro propio conflicto interno.

 

Peggy? Joan? Cuál es la actitud? Cómo sobrevivir? Los dos personajes están hartos de su realidad. Pero, ¿cómo afrontar? ¿Seríamos capaces de juzgar a Joan? ¿Seríamos capaces de juzgar a Peggy?

 

Mad Men es, sin duda, una de las mejores series de los últimos tiempos, por planteamiento y ejecución, pero sobre todo, porque nos pone ante nuestro espejo.

 

Barbra, ya la estás viendo!!!

 

Buenas tardes.

 

 

 

 

 

 

 

Comentarios

16.09 | 18:20

Nasnoches, ay Rita!

27.03 | 15:58

Ceeo que he podido ser yo la inspiradora de este fantástico post. Al menos lo de la frustración y la pataleta parece que me suena. Espero ser recuperable 😂😂😂

19.03 | 21:35

Me ha encantado tu reflexión Ana y gracias por compartirlo. Un gran abrazo. Reyes Cid.
Hasta pronto

07.07 | 11:55

Aupa lander, no he podido escribir mas, pero si, hobby, en fin, eso hace que muchos trabajos sean no remunerados o de baja remuneracion.