Pues mira chica, entre la dama de rojo, la lluvia, el puto Trump, y que no he parao en toda la semana no me sale...
No me sale...
Escribir sobre algo positivo.
Porque es raro ya encontrarse
gente que yo llamo normal.
Que no es grandilocuente, que habla con sinceridad, honesta, que no quiere hacer más que lo que hace.
Que conoce lo negativo de si mismo y del mundo y no lo niega, convive. no critica
hasta la saciedad y no lo cambia.
Gente que no es hipócrita, lameculos, que no busca un interés por debajo, que no habla en subtexto.
Gente que dice, simplemente, lo que quiere decir, sin más historias.
Gente que no se hace pajas mentales, que no quiere impresionar o dar pena, que no exagera para sentirse alguien importante.
Gente que no se crea el ombligo del mundo ni de lo que hace, y que no le da ni más ni menos
importancia a las cosas que la tienen o no la tienen.
Porque estoy harta de las redes, de nuestros perfiles, que nos impiden ser gente normal, crítica y consecuente con lo que pensamos. Porque nos convierte en seres manipulados
por nuestro propio círculo, y no nos hace ver otras formas de ver el mundo y la vida, y al resto.
Porque nos resta empatía y ganamos en egoísmo y soberbia.
Porque no nos permitimos cambiar de opinión.
Porque arrimamos el ascua a nuestra sardina.
Porque lo extraordinariamente bello no tiene cabida en un mundo mediocre, porque no sobrevive.
Por todo eso, no, no es justo.
No me apetece ver la parte positiva
hoy, ni falta que hace.
Y no me arrepentiento.
¡Que la vida tiene parte negativa gente!, y es bonito.
Muy bonito.
Y más bonito es poder vivir para darle la vuelta...
...o no.
Buenas noches.