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Para los que no habéis visto absolutamente nada de Black Mirror:

No podéis seguir viviendo.

Lo digo en serio, para mi es una de las apuestas más transgresoras de la BBC y ahora de Netflix.

Y como serie de la BBC cuenta con unas actuaciones de escandalera.

Si vais más atrás en el tiempo en el blog encontraréis una entrada dedicada a la primera temporada, emitida ya hace unos años.

Básicamente analiza e imagina nuestra sociedad de un futuro no muy lejano y su relación con las nuevas tecnologías.

Black Mirror hace referencia a las pantallas de los dispositivos, un reflejo de nosotros mismos a través de esa pantalla.

Tampoco es que sea un alegato en contra de ellas, pero si que nos alerta de los posibles peligros de éstas. A la vez que las tramas parecen algo exageradas, hay comportamientos que se reconocen como propios.

Da, sí, un poco de mal rollete.

Más que nada porque existe la posibilidad REAL de conseguir esa tecnología si es que no existe ya como algo factible.

 

A lo que iba: El primer capítulo de la tercera temporada.

Ok, a mi me habían llegado rumores de que se había edulcorado un poquitín con ésto del cambio a Netflix.

Puede que sea así, pero a mi me resulta incluso más inquietante.

 

Bueno, pues al turrón:  trata de redes sociales.

 

La trama se sitúa en una sociedad totalmente dependiente de estas redes. El individuo es evaluado en todos los momentos de la "vida real" (pedir un café, comportamiento en la empresa, etcetc, vida privada, colgar cosas cuquis...) por el resto de individuos y éstos son a su vez evaluados por él.

 

Como resultado se obtiene una puntuación sobre cinco, que permite acceder a tu tipo de vivienda, tu trabajo, tu vehículo.

 

Es decir, si tu puntuación es de 2,5 viajarás en autobús y si tienes un 4,5 viajarás en clase business.

 

¿Resultado?

 

Una sociedad edulcorada artificialmente en la que a todo el mundo todo le parece maravilloso, se dan las gracias por todo, y a todo el mundo le encanta que juegues con tu gatito. Obviamente todo el mundo tiene cosas muy cuquis en casa para sacarse selfis, y todo el mundo aparenta ser supercool.

 

Es decir, el Facebook deja de ser simplemente una aplicación. Cómo explicar... es como vivir contínuamente en una red social.

 

 

Es curioso como transcurre todo, se crean estereotipos sobre lo que es correcto y lo que no; ante cualquier discusión la persona se posiciona en una opinión o en otra y no puede cambiar de idea, ya que sino es machacado a puntuaciones negativas.

 

Un mismo policía puede arrestarte por causa de algo que "queda mal", pero debe hacerlo educadamente, no vaya a ser que los mismos que te han puntuado al ver alguna salida de tono en la detención se posicionen contra él y le amarguen la vida.

 

Todo más falso que un billete de Popeye.

 

Una cárcel de apariencia.

 

 

Parece exagerado, ¿verdad?

 

 

Bien, pues miremos nuestro perfil del facebook y el comportamiento generalizado. Siempre es quedar bien, ninguna subida de tono, las fotos perfectas, nuestras vidas son desayunos perfectos, nunca discutimos con nuestra pareja... ...ni con nadie básicamente.

 

Y a ver si no sentimos una gran náusea de nosotros mismos al ser más falsos que un billete de popeye.

 

Y si eres actor, ya ni te cuento. TODO ES MARAVILLOSO, JOYAS, OBRAS MAESTRAS... En fin, todo mas falso que Judas.... .... y lo sabemos...

 

En fin, sin más, vedlo, de verdad, te hace pensar en volver a apreciar el puto monte!

 

Buenas noches.

 

GOD SAVE BBC ONE MORE TIME!

 

 

Comentarios

16.09 | 18:20

Nasnoches, ay Rita!

27.03 | 15:58

Ceeo que he podido ser yo la inspiradora de este fantástico post. Al menos lo de la frustración y la pataleta parece que me suena. Espero ser recuperable 😂😂😂

19.03 | 21:35

Me ha encantado tu reflexión Ana y gracias por compartirlo. Un gran abrazo. Reyes Cid.
Hasta pronto

07.07 | 11:55

Aupa lander, no he podido escribir mas, pero si, hobby, en fin, eso hace que muchos trabajos sean no remunerados o de baja remuneracion.