Ya de vuelta.
De vuelta del Odinteatret.
De vuelta de recorrer Europa en un autobús y en un tren.
De vuelta.
Y agradecida.
Y con ganas de trabajar.
Pfffffff.... ¿Por dónde empezar?....
Desde la entrada a un lugar en el que se respira toda la energía que gente como nosotros va dejando, a un lugar en el que parece no ha pasado el tiempo los últimos cincuenta años. Donde un espectáculo de hace treinta
encuentra su escenografía y su vestuario intacto, como encontrarte con la televisión en blanco y negro y encontrártela coloreada; y real, muy real.
Encontrar el espacio en el que unos locos desahuciados convirtieron unas porquerizas
y unas cuadras en el referente de todas las variantes que se han dado en los úlitmos cincuenta años en el teatro contemporáneo.
Encontrarte a esos locos entre esas cuatro paredes, con el mismo amor a su trabajo, creciendo,
adaptándose a su situación económica, en su casa, creando, compartiendo, con las mismas costumbres de antaño de trabajo comunitario, de manutención de un espacio por los propios medios. Con humildad, honradez, con poca
cosa.
Con artesanos autodidactas que han aprendido y adaptado su método de trabajo. Ningún administrador tiene estudios de empresa, actores autodidactas, músicos algunos autodidactas aprender y exportar. Un modo de
vida. Creer que lo que haces sólo lo puedes hacer tú.
Y convirtiéndo todo ello en una gran infraestructura de archivos, producción, creación... y todo ello partiendo de principios muy básicos y
de trabajo artesanal.
Y con todo lo increíble que es tooodo esto, ellos aún así siguen trabajando y echando vista atrás para ver cómo ha sido la experiencia, caminos nuevos, satisfacción de trabajo,
orgullo; y a la vez el desarraigo, la soledad, la falta de familia, de vida ajena. Y te lo cuentan todo, como el abuelo que le cuenta a su nieto como es la vida, y como le ha ido con lo que ha hecho, sin juzgar si el trabajo ha sido el que debía ser,
o si ha habido aspectos que no había calculado, o si mereció la pena.
Y de una manera sencilla sin gilipolleces, ni verdades absolutas, ni querer demostrar nada.
Lo comparten, cosa muy diferente.
Esto es a lo que nos hemos dedicado, y ya está. Y a lo que nos dedicaremos, ¿cuándo acabará? Cuando lo decida la vida.
¿Usted, tierna actriz o actor, podría hacer lo mismo? No
lo sabemos, pero ésto es lo que hicimos.
Busque su camino, no decaiga. Son tiempos duros.
Palabras de Eugenio Barba que te ponen los pelos de punta.
Y de Roberta Carreri y su poso vital,
de Cai cuyo sueño es que el teatro vaya al pueblo y el pueblo participe de él, más que obligarles a ir achuchándolos por incultos, para que el día que vayan de verdad a una sala, se encuentren con algo que también
les pertenece, el virtuosismo vocal de Julia Varley, La sensibilidad y maestría de Else- Marie (oh my fucking god), Jan y su extraña comprensión de los intrumentos, capaz de transformar una pala en una especie de banjo, Tag y su precisión,
el músico cabrón capaz de componer una canción que puede ser cantada por una panda como nosotros a dos voces en media hora, de Iben y su acojonante virtuosismo con... con todo!
Y estos señores tienen más de 60 años.
¡Más de 60 años!
Y a pesar de que pueda parecer una isla aislada teatral, no pierden contacto con la realidad, porque sí señores, estos seres son humanos y en sus vidas también han pasado cosas,
maternidades, bloqueos, dudas, ultimátums familiares, vamos, como a todo bicho viviente. Algunos pudieron seguir otros decidieron que no, pero oiga, que la vida es así y es comprensible, nadie echa en cara. Te lo cuentan, porque ellos mismos
no sabían que iba a pasar cuando comenzaron, y no pretendían nada, simplemente son. Y ya. Sencillo...
Y a pesar de que lo que ocurre en escena no es real, ese poso va quedando y por eso, porque no demuestran nada, es por lo que
cada actuación se convierte en algo tremendamente humano y reconocible, porque hablan y actúan sinceramente, con lo que saben hacer, sin hostias en vinagre. Y con mucho, mucho sentido del humor (que yo iba con miedo de que todos rezaran al dios
sol y solo comieran tofu).
Y te muestra sus cuentas, ¿qué coño de gran compañia comparte sus cuentas con nadie?. O de dónde saca el dinero o de cómo todos cobran exactamente lo mismo, menos Eugenio, que cobra
menos. O como ahora les va peor y tienen que hacer mas whorkshops y demás.
Todo el mundo sabemos que ésto pasa, pero quién lo admite y lo comparte como una realidad normalizada...
Ellos.
Ellos lo hacen.
Con su talento, sus experiencias y mucho trabajo, mucho trabajo. Convencidos además de lo que hacen.
Y se adiestran los unos a los otros para trabajar en equipo, papá oso a osito y así hablan todos en el mismo idioma
teatral.
Carolina, Luis, Elena, son adiestrados por sus antecesores, se quedarán?.... Importa?Se sabe? Y así continúa el ciclo hasta que, como dice Eugenio, el último actor del Odin se muera.
Y ya está, y aquí no ha pasao nada chavales.
Y no lo dice con un sentimiento romántico, es que ¡coño! Es lo que va a pasar.
¿Cómo explicar todo lo que hemos visto y vivido?
Es casi imposible.
No he conocido nada ni medio parecido.
Porque en mi vida me he encontrado con peña egocéntrica que amarga la vida a los demás en base a su interpretación de lo que estos señores son, a
mediopelistas que montan laboratorios y demás y que se jactan hasta de la última tontería que han hecho, o de personas que creen tener la verdad y que no se mueven por no ser juzgados por ellos mismos ni por los demás, grandes egos.
A grandes gurús. En fin.
Yo no creo que comprenda todo lo que he visto, pero si algo me ha quedado claro es la idiosincrasia sencilla que los mueve; ni más ni menos.
Y me llevo entrenamientos y proyectos de material propio con el
que trabajar ya luego en mi tierra.
Y un SE PUEDE muy gordo.
Un NADA ES IMPOSIBLE PARA QUIEN NO LO TIENE QUE HACER. Tómese como se quiera.
Por supuesto me llevo en el recuerdo y en el corazón ataditos
a compañeros, Eli, Javier, Nikki, Alejandro, Darío, Maritza, Allan, Celeste, Karim, Esther, Catalina, Eva, Oscar, Fabiana, Renee, chica de Cali y chica de Medellin, etcetcetc, perdón por los no nombrados... Carleees ... Ay, Gabo,
rata de dos patas, mi ídolo!
Pa toda la Vida, pa lo que queráis.
No sé, no quería ser moñas, pero es que no sé ni cómo ordenar mis pensamientos ni mis sentimientos.
Con una lagrimilla...
...Apaga luz Mariluz...
Cuesta, pero:
Buenas Noches.
Si no se entiende algo, es por mi nefasta capacidad de resumen, jaja.
Lo dicho.