Aprovechando la lluvia, el viento, y que no hay dios que se atreva a salir a la calle, me he propuesto ver el mayor número de pelis posible antes de los Oscar para hacer quinielilla.
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Pues parece que este año es el gran año de los secundarios.
Dejando a un lado el virtuosismo de Di Caprio en todo entorno, forma de filmar, ya sea con croma, en el barro o en el puto fin del mundo y bajo
cualquier dirección y género (para mi, de todos modos en el sentido actoral puro no es el mejor de sus trabajos), dando por hecho que es el mejor actor vivo ahora mismo, dejando a un lado a Eddie Redmayne y su sutil femineidad (me parecía
ver una mujer desde el principio) en La Chica Danesa, a la altura de la sutileza de Meryl Streep en la decisión de Sophie (sutileza, la profundidad de tita Meryl en esa película es insuperable), y el buen papel de Cate Blanchett y su constante
contradicción y su "espada y la pared" entre nada menos que una hija y el amor de tu vida (en ese momento) en Carol; este año ha sido el año de los secundarios como Tom Hardy, Rooney Mara y Alicia Vikander.
Del primero
ya hablé la semana pasada.
Rooney Mara está espectacular llevándonos en todo momento con la historia y todo lo que pasa en ella, en su personaje y en Carol. Las dudas, la valentía, la soledad, la rutina, la
transformación, la observación, la certeza de querer estar allí y en ese momento. Todo eso da sentido al personaje de Carol, sin ella, Cate Blanchett estaría coja.
Lo de Alicia Vikander es espectacular,
entiendo más al personaje principal gracias a ella, y me conmueve más que el protagonista, la entiendo más, me hace vibrar más, y me hace llorar con ella, porque es el resumen de todo el dolor y el amor que siente. Un amor muy grande,
construido con pequeñas grandes cosas, distinto, único. Irracional, pero inquebrantable y justificado perfectamente. Sin ella, Lili no es nada.
Ojalá, ojalá el cine deje de mostrarnos a los héroes y nos
empiece a mostrar los pequeños héroes que hacen lo imposible cada día.
Sin falsos empalagamientos ni cuentos de blancanieves.
Por otra parte, me alegro de que la psicología femenina vaya
aflorando en los personajes y dejen de ser pobres ñoñas o mujeres bandera a las que toda ama de casa deba admirar.
Lo de los premios, ya es cuestión de gustos.
Por Tito Clint y Tita Meryl,
Amén.