Estoy extrañada.
En shock.
En el mundo en el que se anuncia el Frenadol como remedio a la pérdida de planes y de objetivos y no como un alivio y complemento del reposo para la salud.
Cuando el.paracetamol nos permite ni bajar nuestro ritmo por una cefalea.
En el mundo en el que el omeprazol nos permite seguir degustando la pizza que está en nuestra mesa.
En el mundo en el que un falso
compañerismo nos insta a ir a arrastras a nuestro trabajo porque si nuestros compañeros van asi, a nosotros nos parece una falta de respeto.
En el que una baja supone una pérdida sustancial del sueldo.
En el que vivimos de espalda a la enfermedad.
En el que debemos ser los más duros, las supermamás y superpapás.
De.producir y producir cueste lo que cueste.
Del teatro estéril
y alimenticio.
Del actor que trabaja en cinco montajes a la vez, llueva, nieve o relampaguee. Y que no falla para que no dejen de llamarle.
Donde la enfermedad no existe.
Donde la vulnerabilidad
está mal vista.
De la imagen de la top model sentada sobre su hemorroide hinchada.
De la actriz porno poniéndose un enema.
Hoy estoy extrañada.
Extrañada de que por una gripe (que no es para tanto que en un dia ésto se me pasa y blablabla..) y ante mi insistencia de coger el alta, mi médico de cabecera, en un ataque repentino de sentido común, mi médico me haya
dicho:
"Tú no puedes trabajar así en un quirófano".
Callada me he quedao. Porque tiene razón. Y porque debería ser asî siempre.
Ya ni me
acordaba de que debería ser así.
He llorado un poco.
Buenas noches.