¿Dónde estás tus raíces?
A veces la buscamos en una cultura que no es la nuestra.
Nos despegamos de nuestras raíces para buscarlas en otras tendencias, en otros países, en otras lenguas...
ABSURDO
Cuando vuelves a tus raíces, te hermanas, lo entiendes todo.
Vuelves después de doce años al lugar de donde vienes y entonces todo cuadra.
Sales a la calle y sabes a dónde ir.
Tu cuerpo
y tu mente reconoce los baches, las puertas, las casas, sabes de dónde abrir la fuente, sabes dónde está el cruce. Recuerdas hasta la mancha que hay en la bañera.
Sabes qué se hace.
Reconoces a la gente y te saluda y hablas como si te conocieran de toda la vida.
Y resulta que te conocen más que nadie.
Recuerdas en qué cajón está el papel que dejaste. El libro de
tu tatarabuelo. Y su letra. Tu sangre lleva allí siglos.
Descubres un cartel de tu primera obra y recuerdas por qué te dedicas a esto.
Revives la sensación de tomarte una cerveza en esa barra y recuerdas
por qué te tomaste la primera. Y tantas primeras cosas que has compartido con gente a la que no has visto, pero que te saludan con un abrazo de los buenos... Y retomas su vida donde la dejaste
Alguien te llevará a casa. Saben
donde vives.
Que esa gente que en el fondo no ha cambiado y que recuerdas desde niña y que ellos te recuerdan igual y que no saben ni le importa a qué te dediques es la que tiene que hablar cuando tú hables...
La gente que acude en masa a un entierro. Sin dramas. Simplemente. En ese lugar la muerte es parte de la vida. Y todos la comparten.
Nunca se deja de vivir.
Ajenos a todo lo que nos rodea lejos de
esa burbuja, allí somos, sin tapujos.
Ésa es mi cultura. La del bar, las bodegas, la naturaleza viva y las bodas de tres días.
Ésa soy yo. No puedo disfrazarme de una cultura que no soy.
Esa sería mi mayor mentira..
Hay lugares a los que perteneces aunque no quieras..
Y punto.