Sábado 27 de septiembre, unas entradas carillas, muy bien situadas en el arriaga.
Excelente compañía para el pre, el intra y el post.
Arriaga, quedan 5, 3 minutos, el espectáculo
está a punto de comenzar. Lo feo es bello....
Para mi, excelente adaptación del Macbeth de Shakespeare. Toma la esencia y la extrapola a un entorno más mundano, más de tierra, y que espanta casi
más que el original mismo. Cada vez me gusta más este teatro en el que se dejan de lado los misticismos clásicos y se habla de una manera abierta, se nos pone mirando al espejo y nos encontramos con un quizá nosotros mismos... en
un entorno cercano, contemporáneo, fácil de identificar dentro y fuera de nosotros. Trabajar en pro de obra, levantar un mensaje, premeditado o no, pero que suena muy real, nada pajero.
Dirección
y escenografía geniales, ni sobra ni falta, lo justo. Odio esa manía de usar todos los recursos cuando no son necesarios, es como meter perejil, albahaca, canela y orégano en la misma ensalada. Una buena lechuga, tomate y cebolla, no hace
falta más. La mayoría de las veces lo simple es la mejor solución. Una escenografía diáfana que cambia la atmósfera mediante una iluminación aparentemente sencilla y una actuación coral.
Cualquier
objeto entonces cobra protagonismo, un cuchillo, una pata de jamón (pobre Mácbez, qué inocente), cambios de vestuario y entradas y salidas simples que aunque a veces carezcan de lógica pura (los puristas dirán que no es correcto)
no molestan porque la dramaturgia y el trabajo en equipo es tan fuerte que no deja fijarse en gilipolleces.
Todo, absolutamente todo es justificado, se aúnan elementos aparentemente, vulgares, inconexos y conjugan perfectamente para crear una
orquesta que grita un mensaje claro. No hay egos ni distracciones supérfluas. No hay caprichos de dirección, todo está justificado, no desentona...
Probablemente escriba ésto y el director se descojone, pero la genialidad
está en coger elementos reales y de nuestro carácter humano, nada líricas, y convertirlas con inteligencia y honestidad, sin miramientos, en algo diáfano y bello, sin caprichos de dirección, insisto..
Las actuaciones en general buenas, en el conjunto poco importan. Carmen Machi justita (he de decir, si no reviento, que el personaje en forma me recordaba a cierta actriz vasca, barbra copyright), impactante el momento de la
locura de Lady Macbeth con la apariencia de una puta retirada o una sesentona de malos antros. Muy cercano.
Javier Gutierrez bien, como siempre, rígido a veces, pero con un recorrido de personaje interesantísimo desde la
culpabilidad primeriza hasta la pasada de rosca del obeso de 100 kg. al que pesar 20 kg. más no le importa. Aborda el lado más humano y terrenal de poca monta del personaje..
En realidad me pareció bastante coral.
Todo conjuga, no hay egos.
La conclusión me recordó al teatro del absurdo, todo acaba como empieza y seguiremos hundiendo nuestras vidas en la misma mierda en busca del puto Eldorado. Haciendo de nuestras vidas imposibles bucles, contradiciendo
nuestros principios vitales,llenando nuestros corazones de espantos, haciéndonos insensibles al dolor ajeno, dando la espalda a nuestro sentido común y manteniendo nuestra mentira y la mentira del mundo.
Ayyyy, se me olvida, el Sr. Mácbez se llama Andrés, seguramente será una chorrada grazioza del Sr. Lima, pero es una bonita forma de ponerse y ponernos ante nuestro pequeño txukimacbeth, que en algún momento de nuestras
vidas aflora despertando en una casa de putas.
Disparidad de opiniones a la salida, pero amigos, ésto es un clásico, nuestro siglo XVI (o XVII), en la Galicia del siglo XXI, vamos, la misma mierda...
Boas noites...