Lo único malo que tienen las vacaciones es que vuelves.
Por cojones, no eres Paris Hilton, tienes que volver.
Tienes que volver a tus miedos, a tus soledades, a tus dudas, a tu trabajo, a las ideas, a
tus estancamientos, a las relaciones que te gustan con el deseo de no llevarte un susto, a tu vida diaria, a tu mascota y sus cuidados, y a los deberes, llamadas y quedadas que dejaste por hacer y que ahora se amontonan en tu mesilla.
Ahora, obsesionados por etiquetarlo todo de tal manera de querer tenerlo bajo control por el mero hecho de ponerle un nombre, se le llama depresión postvacacional, y hasta tiene tratamiento porsiaca.
Antes era perezóndelahostia,
o averquecojoneshagoahora, o noquierovolveeerquenomevoyadivertir.
Y vuelves a la niñez, bueno, has vuelto en vacaciones, cuando te has relajado y has disfrutado de cada pequeño momento y te has dejado sorprender por quienes
y lo que te has encontrado.
Y vuelves como niña, no tan deshinibida, pero digamos que literalmente entras al trabajo llorando y sales corriendo a ponerte el babi a lo superman y volar hasta los brazos de amatxu... ...y volver
a ser tú.
ay... En fin, que siiiii, que también tengo de eeeesoooooo.
Pero hay que ser positiva.
Llamaré a Septiembre el mes regalo...
Septiembre
es el block en blanco.
(Por cierto, sigo teatralmente en paro)