Un buen queso gordote, curadito, ahumadito, con solera, que dura... ...mola.
A veces desde el primer corte, sabes de qué va el asunto, se te olvida, y se tira el pobre un mes en la nevera. A veces, si no es de tu agrado se
enmohece y acaba en el cubo de la basura. Otras, te gusta y te lo acabas en tres días. Tiene sus ventajas e inconvenientes.
Las tablas de quesos molan más.
Primero escoges, no sabes muy bien por qué,
por color, por olor, por forma.
Luego degustas un poquito, si no te gusta desde el principio, esperas que el resto de la pieza mejore el asunto.
Si te sigue sin gustar, lo efímero del asunto hace que lo desgustes igualmente y lo
analices en tu paladar.
Si te gusta, gracías a lo efímero del asunto buscarás la otra pieza para ver qué nueva variedad puedes descubrir.
Para mi, las jornadas de Teatro Breve de Pabellón 6 son
una tabla teatral.
Escoges el menú, desde una conmovedora historia madre hijo muy bien interpretada, dirigida y escrita y en la que el público se siente identificado de principio a fin, una performance de humor aparentemente
ligera pero ciertamente precisa y humildemente ofrecida, una historia de burocracias en las que cazador y cazado intercambian los papeles en un reflejo de nuestra sociedad, hasta una hilarante historia de dos personajes absurdos inmiscuidos en si absurda realidad
que a la vez es la nuestra.
Bonito día, bonito tiempo, bonito teatro.
Volveré al supermercado. Suerte!!!