Respecto a críticas, critiquillas y criticones.
Mis padres me educaron de manera que si yo intento hacer mi vida en global, intento no joder al resto de habitantes de la Madre Tierra.
Mi otra profesión y la vida misma,
por duro que parezca, pero por otro lado más real que la zarzuela, me ha enseñado que hoy estamos vivos con un montón de proyectos y mañana podemos estar muertos, o sentenciados a muerte, o condenados a una muerte en vida.
Así
que a mi forma de ver y de vivir mi día a día le resultan muy poco aceptables los sueños supérfluos, las megalomanías y la prepotencia. Pero como me son igual de inaceptables el racismo gratuito, las diferencias de
clases o todos los tipos de fobias, evidentemente con grises, no todo es ni blanco, ni negro. En parte es un defecto, pero no lo puedo evitar, me enerva...
Así en grado más superficial, tampoco tolero las críticas gratuitas o no
constructivas.
Que quede claro, cuando intento criticar un trabajo o una filosofía no lo hago desde el desprecio; lo hago desde mi punto de vista, que es algo muy diferente. Puedo decir qué planteamiento me parece más o menos erróneo,
desaprovechado o qué cosas se olvidan por el camino en un proceso, pero nunca, NUNCA, voy a poner en duda ni la capacidad de trabajo, ni la inteligencia, ni la sensibilidad de quien lo procesa; porque no soy ni una mente ni un corazón superior,
por eso distancio. Nadie sabe en qué, dónde ni en qué momento de cada persona surgen las cosas.
Ni yo misma sé qué procesos me estoy perdiendo, si lo supiera, sería.... a ver... cómo describir...
sería la hostia!!! Pero como no estoy ni cerquita, no me atrevo ni a toser sobre los procesos personales de cada persona que emprende algo. Ni se me ocurre. Ni mucho menos a despreciar a los demás si no sé mirar mi ombligo desde otros
ojos.
Señores, hay que viajar, abramos la mente, es lo que nos hace dejar de ser ignorantes.
No al monoteísmo please...