Me sorprende como somos.
Ayer hablábamos tomando una cañitas de cómo funcionamos en sociedad.
Las tres hablantes trabajamos de cara al público en
situaciones a veces límite, y llegamos a la conclusión de que las anécdotas que contamos de reacciones y comportamientos que observamos son un reflejo de cómo funciona el individuo en sociedad hoy en día. Además
se nota diferencia a medida que pasan los años, vamos, que se ve la evolución de nosotros mismos en cuanto a relaciones, etc. Hablo de observar eh? No de juzgar, que todos pertenecemos a la misma mierda.
Destacábamos
dos cosas: falta de comunicción y soledad.
Con falta de comunicación no me refiero a la falta de conversaciones y relaciones, además ahora existen infinidad de canales, sino a la cada vez más falta de
asertividad y de escucha. Cada vez somos menos capaces de ponernos en el lugar del otro. Y eso, no sé si como causa o como efecto, deriva en que sentimientos y frustraciones queden encerrados por miedo a juicio (de los demás y de uno mismo) y
ésto deriva en comportamientos caóticos y dañinos, sobre todo para uno mismo. Alguien dijo una vez que si no entiendes nada, es que alguien no te ha contado algo, o que no te estás enterando. Porque al final todo atiende a alguna
razón, entendible para todo el mundo, porque todos estamos hechos de lo mismo (Están los colgados de toda la vida, pero de esos no hablo, siempre ha habido gente tóxica por la puta cara).
Lo sorprendente
y triste es que el primer comportamiento se repite cada vez más y de forma más generalizada, de tal manera que se puede considerar normalizado. Vivimos así. Y eso deriva en que la peña a veces se encuentre muy sola, o realmente
esté sola.
Hace dos semanas en mi barrio apareció en su casa el cadáver de una mujer que llevaba muerta dos años. Nadie la echó de menos, ni sus hijos, ni sus vecinos, ni siquiera su casero que había
entrado en la casa varias veces. La encontraron los técnicos de la compañía telefónica. Seguramente en el barrio la gente habló de ella y se preguntarían dónde podía estar, hasta convertirse en ciertas
las teorías por decisión popular.
Nadie se dio cuenta, nadie preguntó, nadie llamó, nadie se interesó por ella.
Dejemos de mirarnos el ombligo.
Por favor, que el arte salve a la humanidad.