Decidimos constantemente: Qué ponernos, cuánto calentar el café, A qué hora salimos de casa, qué transporte coger, a quién llamar, a quién responder, por qué puerta entrar, qué deseamos
en un preciso momento, qué queremos hacer, a quién queremos, decir algo, no decirlo, guardarte una opinión, darla, recordar algo, obviarlo, insistir, dejarlo estar....
Nuestra vida está hecha de decisiones, malas, buenas,
difíciles o fáciles. En ellas están marcadas, sean cuales sean, contradictorios o no, nuestros deseos y sentimientos, reprimidos o expresados abiertamente, negados o afirmados...
Nuestras decisiones definen nuestros actos en
forma de acciones, decir algo sin decirlo, un gesto, reir, llorar, pasar, enmudecer, hablar sin parar, sentarse, levantarse, mirar a los ojos, alejarse, acercarse, palidecer, tender una mano..
Hay quien dice que nuestros actos nos definen más
que nuestra psique... ...Es una opción, yo creo que son inseparables.
Traslademos esto a un personaje, es algo que me he planteado haciendo un curso de interpretación estas dos semanas. El actor decide constantemente, dentro de una cualidad,
un ritmo y unas circunstancias dadas, pero dentro de su campo de acción decide... todo el rato.. sin parar, como actor y como personaje.. a veces casi incoscientemente, de forma contradictoria, pero coherentemente. Y si la interpretación se basa
en las decisiones que ambos toman a cada minuto, sin pensar, uno no tiene límite y el personaje está vivo.. hasta el punto de sorprenderte tú misma de la complejidad que toma el asunto. Pero como decía M. Chejov, creo, hay
que trabajar todas estas decisiones al milímetro para en un momento dado olvidarlo todo y dejar que sea el subconsciente el que trabaje.. A esto añado buscarte la vida para en un contexto determinado sentirte libre para experimentar dentro de
una línea definida.
No sé.. Yo he llegado a experimentarlo mínimamente en estos años, en pequeños instantes, pero cuando eso ocurre... ...es teatro vivo... donde ni tú misma sabes hasta dónde se puede
llegar...
Decide, hay que ser audaz, me la apunto Sr. Lima..